sábado, 1 de febrero de 2014

Rosales amenaza con ser el Gamonal zaragozano por el conflicto de Remar

El efecto Gamonal amenaza con volverse en contra del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que hace escasos días defendía cómo se estaba gestionando el debate sobre la controvertida peatonalización de Don Jaime I, y ayer tuvo que escuchar, de boca de los vecinos de Rosales del Canal, que no sigue el mismo criterio en su conflicto con la asociación Remar y su aterrizaje en el barrio. No es un enfrentamiento nuevo, pero la crispación vivida ayer en el salón de plenos llevó al primer edil a expulsarles de la sesión y procede de sus propias declaraciones, cuando aseguró que nunca haría nada que no contara con el consenso vecinal. O de la celeridad con la que, recientemente, se le ha permitido a Remar utilizar el uso que se le va a dar a la parcela de la discordia como aval para un crédito de 1,3 millones.
Fuente EPA

Así que se trataba de decirle a Belloch que "todos podemos ser Gamonal". Y de nada sirvió que el director de Remar Aragón, José Luis López Alvaredo, se personara en el pleno ayer para decir que la asociación, en una reunión urgente celebrada un día antes, había decidido "iniciar los trámites para levantar la garantía hipotecaria sobre el derecho de superficie de la parcela". Por la "repercusión social".

EL DEBATE El problema es que "los vecinos no queremos tener a Remar en el barrio". Se puede decir más alto pero no más claro. Y al alcalde le recriminaron que su Gobierno ni siquiera ha escuchado sus quejas, mientras alardea de procesos participativos para Don Jaime I o de esa forma de gobernar tan distinta a Burgos.

En este caso se evidenció con una claridad meridiana los motivos: consideran que es una secta peligrosa para el vecindario, por lo que afirman sus responsables sobre las mujeres y la homosexualidad y por la actividad que desarrollan, que según los vecinos, "no está homologada". Pero los argumentos políticos no entran en ese fondo.

Porque el PP, firme defensor de las quejas vecinales, a través de su portavoz adjunto, Pedro Navarro, defendió que el Gobierno municipal ha actuado con una inusual celeridad para autorizar el uso de este aval --"solo cinco días" y a finales de diciembre--, cuando "tarda un mes para conceder una ayuda de urgencia o 197 días para pagar facturas", pero no entró en ningún momento en si debería ilegalizarse la actividad de Remar y, por eso, no autorizar nada de lo que pida. La de ayer ya era una victoria para ellos, aunque fuera la propia Remar la que desistiera de hacer uso de esa garantía.

Pero PSOE, CHA e IU sí entraron porque marcaba su posición. Para ellos, si esta asociación, supuestamente, desprecia a las mujeres y a la homosexualidad, o sus prácticas internas merecen ser castigadas, deberían ser otras instancias las que atajaran esto: la DGA o el Ministerio del Interior, a los que el PP no ha acudido. Es más, las veces en las que se han pronunciado no ven razones objetivas para ilegalizarla.

"El problema es que los vecinos no la quieren allí", subrayó el portavoz nacionalista Juan Martín. A su juicio, la "doble moral de fariseo" que utiliza el PP solo es para tapar que el mensaje de Remar "se parece mucho al del Opus Dei". "Están jugando a hacer campaña electoral, a engañar al barrio y a ver quién es más demagogo", le recriminó Pablo Muñoz, de IU.

Al final, le penaliza al alcalde que asegurara que él nunca actuaría contra la voluntad de un barrio, refiriéndose a Don Jaime I. Porque en Rosales del Canal no ha habido ni una reunión y porque el debate sobre la peatonalización nace perjudicado por las causas de otros barrios que también pueden sentirse Gamonal. Una peligrosa derivada.

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