Desde la Asociación de Vecinos “Entrelagos” de Rosales del Canal, queremos denunciar, por enésima vez, la falta de iluminación en varias de nuestras calles. La situación empieza a ser muy grave, sobre todo, por la dejadez del Ayuntamiento en las calles de nuestro barrio, no sólo en el tema iluminación, sino también en mantenimiento de calles, elementos de seguridad vial, jardines, etc etc. Se han presentado solicitudes, instancias, se ha hablado con la Junta Municipal de Casablanca, se han elevado quejas, y tras 2 años la situación es la misma, una de las principales vías de nuestro barrio sigue totalmente a oscuras. El motivo, según la versión oficial del Ayuntamiento, es el robo de cobre, acción que se ha producido en muchas calles de la ciudad y que siempre ha sido subsanada, por lo que empezamos a pensar que hay alguna circunstancia que desconocemos que motiva la falta de luz en nuestro barrio.
Como se puede observar en la imagen adjunta, la calle San Juan Bautista de la Salle, donde tiene la entrada y salida el colegio de Infantil y Primaria de Rosales del Canal, así como el acceso al Camping Municipal, tiene 2 tramos importantes con sus farolas apagadas con todos los peligros que ello conlleva. Con el acortamiento del día, en breves fechas, decenas de niños entrarán al colegio totalmente a ciegas, ya que aún no habrá amanecido. Igualmente ocurrirá, con los que retrasan su salida por asistir a clases extraescolares. Además, y para aumentar los riesgos, las aceras a oscuras, están dotadas de carril bici, por el que suelen transitar ciclistas sin nada de iluminación, que muchas veces se cruzan con peatones, generando situación de riesgo.
Vergonzosa también es la situación del Camping Municipal Ciudad de Zaragoza, cuya entrada, está situada en la misma vía. La imagen de la instalación es paupérrima, con un foco “casero” colocado en la entrada, ante las cientos de protestas que han recibido de sus clientes, ya que la gente pasaba la entrada de largo por su nula visibilidad.
En ambos casos, a los problemas de falta de iluminación, se unen los de seguridad. Los vehículos, que suelen pasar a grandes velocidades, optan por poner las largas, produciendo destellos para los conductores que vienen de frente. Igualmente se ofrece mayor facilidad para robos, actos de vandalismo que empiezan a convertirse ya en frecuentes en nuestro barrio.
El Ayuntamiento contesta una y otra vez que estamos en lista de espera, y sin embargo, observamos atónitos como se hace frente a gastos superfluos una y otra vez, en vez de solucionar problemas de primera índole en un barrio con más de 6000 habitantes, de los que aproximadamente 1500 son niños menores de 12 años.
Como se puede observar en la imagen adjunta, la calle San Juan Bautista de la Salle, donde tiene la entrada y salida el colegio de Infantil y Primaria de Rosales del Canal, así como el acceso al Camping Municipal, tiene 2 tramos importantes con sus farolas apagadas con todos los peligros que ello conlleva. Con el acortamiento del día, en breves fechas, decenas de niños entrarán al colegio totalmente a ciegas, ya que aún no habrá amanecido. Igualmente ocurrirá, con los que retrasan su salida por asistir a clases extraescolares. Además, y para aumentar los riesgos, las aceras a oscuras, están dotadas de carril bici, por el que suelen transitar ciclistas sin nada de iluminación, que muchas veces se cruzan con peatones, generando situación de riesgo.
Vergonzosa también es la situación del Camping Municipal Ciudad de Zaragoza, cuya entrada, está situada en la misma vía. La imagen de la instalación es paupérrima, con un foco “casero” colocado en la entrada, ante las cientos de protestas que han recibido de sus clientes, ya que la gente pasaba la entrada de largo por su nula visibilidad.
En ambos casos, a los problemas de falta de iluminación, se unen los de seguridad. Los vehículos, que suelen pasar a grandes velocidades, optan por poner las largas, produciendo destellos para los conductores que vienen de frente. Igualmente se ofrece mayor facilidad para robos, actos de vandalismo que empiezan a convertirse ya en frecuentes en nuestro barrio.
El Ayuntamiento contesta una y otra vez que estamos en lista de espera, y sin embargo, observamos atónitos como se hace frente a gastos superfluos una y otra vez, en vez de solucionar problemas de primera índole en un barrio con más de 6000 habitantes, de los que aproximadamente 1500 son niños menores de 12 años.
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